Se trata de una de las cien más poderosas del mundo y la segunda mayor de Latinoamérica. Será de uso abierto y compartido a todo el Sistema de Ciencia y Tecnología nacional. Podrá trabajar en acciones que van desde estudios de genómica y diseño de fármacos hasta inteligencia artificial y pronósticos meteorológicos
A partir de ayer, la Argentina se sumó a la lista selecta de países que disponen de una supercomputadora. Se trata de Clementina XXI, una de las cien más poderosas del mundo, que iniciará su vida en el Centro de Cómputos en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Clementina XXI fue adquirida en el marco de la Iniciativa Nacional de Supercómputo, implementada conjuntamente entre las carteras de Ciencia, de Defensa, el SMN y el CONICET. Resultó licitada por la empresa Lenovo y financiada por el Ministerio de Ciencia con fondos provenientes de un crédito del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
La supercomputadora tiene una potencia de cómputo que hoy la ubicaría en el puesto 82 del ranking mundial y es 40 veces más potente que la más poderosa instalada hoy en el país (Huayra Muyu), utilizada por el SMN para hacer su pronóstico operativo. Además, será la segunda más potente de América Latina, solo detrás de una de Brasil.
Su compra, concretada el año pasado, demandó poco más de mil millones de pesos, entre la computadora y la ambientación del espacio. El dispositivo pasará a funcionar en la sede del SMN, en Av. Dorrego 4019, CABA, donde ocupa 7 metros cuadrados, sin contar la refrigeración. Pero el principal organismo del clima del país solamente usará un 10% de sus recursos. Clementina regirá bajo un uso abierto y compartido a todo el Sistema de Ciencia y Tecnología nacional.
«El dispositivo será un importante aporte a la ciencia, la tecnología y la innovación nacional», plantearon desde el Ministerio de Ciencia, cuyo titular, Daniel Filmus, estará presente en el acto de puesta en marcha de Clementina, junto a su par de Defensa, Jorge Taiana, de quien depende el SMN.
Clementina, de fármacos a modelado de sistemas complejos
Sus usos son variados. «Son indispensables para estudios de genómica, diseño de fármacos, nuevos materiales, diseño industrial, modelado de cuencas petroleras y gasíferas, el desarrollo de la inteligencia artificial y la ciencia de datos, el modelado de sistemas complejos, la confección de pronósticos meteorológicos«, describieron desde la cartera científica.
La capacidad de cálculo de esta computadora es de 15.3 Peta FLOPs usando sus aceleradoras GPUs y de 440 TFLOPs usando sus procesadores CPUs. Esto quiere decir que, apelando a sus aceleradoras GPUs esta máquina podrá realizar quince mil trescientas millones de millones de operaciones matemáticas elementales por segundo.
Consta de 296 aceleradoras (GPUs) Intel Ponte Vecchio, y 5120 núcleos en procesadores (CPUs) INTEL Sapphire Rapids HBM, que corresponden a la última tecnología en procesadores de Intel y una memoria de 1.66 Petabytes (1.660.000 Gigabytes), red para interconexión interna entre sus nodos de 400 Gigabytes por segundo, refrigeración por agua en forma directa, y un consumo eléctrico de 233 KW.
Las autoridades apuntaron que estas acciones se enmarcan dentro del Plan Estratégico para la Computación de Alto Desempeño en la Argentina: 2019-2024, iniciativa que busca «beneficiar a todo el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; al sector productivo y, particularmente, al Servicio Meteorológico Nacional».
Salto cualitativo
“Nosotros estamos orgullosos del área científica y técnica del Ministerio de Defensa. Es un área que ha estado muy maltratada muchas veces y ahora está en recuperación. Es sobre todo un área que hace investigación, y que fortalece el vínculo con la producción para la defensa”, aseguró Taiana en diciembre del año pasado, cuando presentaron la adquisición de Clementina.
Y completó: “Estamos recreando toda una red de instituciones relacionadas con la investigación científica y a su vez con la producción para la Defensa. Por eso lo importante es lograr una sinergia dentro de las instituciones del Estado, pero que también puedan incluir a la empresa privada, sobre todo a la pequeña y mediana empresa tecnológica”.
La directora del Servicio Meteorológico Nacional, Celeste Saulo, destacó en ese momento que en principio esta supercomputadora va a estar al servicio de todo el sector científico-tecnológico: «lo importante de esto es que va a permitir aumentar las capacidades que tiene el país en general, y del SMN en particular, para hacer ciencia, para hacer experimentos numéricos que en nuestro caso son muy costosos computacionalmente y que no podemos realizarlos hoy con el sistema de cómputos que poseemos porque el nuestro está dedicado con exclusividad a la ejecución del sistema de pronóstico del tiempo. A su vez nos va a dar un sistema de contingencia en el caso de que tuviéramos un problema con el sistema operativo”.
¿Por qué su nombre? Según afirmaron, se inspira en “Clementina”, la primera computadora de uso científico que se instaló en el país en 1960, bajo la gestión del científico y matemático Manuel Sadosky, «dado que hoy representa un nuevo salto cualitativo en el sistema científico tecnológico nacional».